Redactor jefe de Noticias Obreras
“¿Por qué agradezco que seas el maestro de mi hijo?” se llama el último libro del colaborador de Noticias Obreras José María Toro que lo ha subtitulado como “ser y presencia de los educadores con co-razón”, recurriendo al juego tipográfico que le caracteriza y que ya utilizó en su obra anterior.
El autor explica que el libro surge del anhelo de seguir aportando en la labor, siempre decisiva e inacabada, de reconstruir la presencia de los educadores, ya sean padres o maestros.
Aunque las páginas reflejan la experiencia y las reflexiones de su vida profesional y personal, el autor da voz a una madre, en representación de todas las familias, que va desgranando hallazgos, emociones, pensamientos y propuestas, con el fin de recrear el entusiasmo y la alegría de educar junto a tantos maestros y maestras que con su buen hacer dejan siempre en su alumnado unos recuerdos o memorias imborrables.
Este libro profundiza en la propuesta pedagógica de conformar un determinado modo de ser y hacer de maestros y maestras que, más allá de los contenidos, procedimientos, metodologías y recursos, al final resultan ser los elementos más decisivos en la educación de las personas.
El ser, la presencia y el hacer del maestro, como el de los padres, es la cara menos atendida de la educación, tal vez porque se da por supuesta, por lo que José María Toro insiste en cuidar la identidad más profunda y auténtica, las actitudes de fondo, las emociones que sostienen la labor educativa.
Este este libro aspira a contribuir a conformar y fortalecer a ese maestro o maestra que busca y aplica, amorosamente, aquellos recursos y actividades que motiven y optimicen su labor con los alumnos.
Aunque se aportan muchos “qué” y se comparten algunos de esos “cómo”, se centra en el “quién” y en el “desde dónde” para promover el magisterio de “co-razón” que tiende puentes entre lo que hacen los alumnos con en la escuela y lo que viven en casa con sus familias, porque, como dice Toro, un maestro lo es de cada alumno que tiene y también de las familias que se lo entregan cada mañana.
Así las páginas forman un “inmenso y gigantesco homenaje agradecido a la labor callada de cada día” y “una invitación a renovar a diario la vocación o, al menos, la pasión de quienes asumen la labor de educar. También un reconocimiento de las familias que contribuyen a trazar ese espacio en el que los niños y las niñas han de transitar felices, de la casa a la escuela y de la escuela a casa.
Acceso al índice y primeras páginas del libro, aquí