Autor: Marta del Moral Arroyo
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El sector andaluz de la naranja espera desde hace semanas una recuperación en los precios de la fruta que no termina de llegar. Las cotizaciones, ya bajas de por sí –y con fuertes caídas respecto a la campaña pasada–, incluso descienden céntimo a céntimo pasando de los 17 céntimos de euro por kilo en la semana 46 a 14 céntimos en la semana 49, según datos aportados por las empresas colaboradoras con el Observatorio de Precios y Mercados y publicados por el organismo de la Junta de Andalucía, registrando en la última semana analizada una reducción del 51% de su valor respecto a la misma semana del año pasado. Y la situación continúa, como confirma José María Corredera, gerente de la cooperativa de segundo grado sevillana Zuman.
“Los precios de la naranja de fresco siguen siendo muy bajos, aunque dependen mucho de la variedad y del calibre. Los últimos precios de compra de la naranja Navelina, de la que aún queda mucho volumen por recolectar, oscilaban entre los 10 y 12 céntimos de euro por kilo, mientras la Salustiana se situaba entre 14 y 15 céntimos de media. Otra cosa es la naranja de industria, puede estar entre 12 y 14 céntimos a los que hay que quitarle los gastos de recolección, que suponen unos 5-6 céntimos por kilo, por lo que el dinero que gana el agricultor es tan solo de entre 6 y 8 céntimos de media, bruto por kilo”, explica José María.
“La industria de la transformación recibe los calibres menos comerciales tras los destríos de la fruta. Antiguamente había agricultores que producían naranja para la industria de la transformación, pero desde que desapareció la subvención de esta actividad a finales de los años 90 la rentabilidad de la industria es mínima, salvo un par de años que estuvo aquí la compañía brasileña líder en el mercado mundial del zumo de naranja Citrosuco”.
“Sin embargo, este año la falta de lluvias ha incidido en los calibres, que se están quedando más cortos; de hecho, hay fincas que no han tenido agua desde el 1 de octubre. Los bajos precios de la naranja para industria están haciendo que los agricultores estén intentando vender su naranja para consumo en fresco. Incluso se está recolectando en finca a calibre a pesar de que esto incremente los costes; es decir, solo se cosechan los calibres mayores y el resto de la fruta se está dejando en árbol a la espera de que mejoren los precios. Y esto a su vez está haciendo que, de momento, se esté haciendo muy poca industria”.
La tormenta perfecta
Los acontecimientos de los últimos meses han sido determinantes para que la naranja andaluza haya llegado a esta situación a la que este importante sector asiste atónito e impotente. Cabe recordar que, como indicaba hace unos meses la Consejería de Agricultura en el aforo de cítricos de la comunidad, el 70,5% de los cítricos andaluces corresponderá esta campaña a naranjas, con la producción estimada en casi 1,7 millones de toneladas.
“Este año se ha producido la tormenta perfecta”, afirma José María Corredera. “A la falta de agua y los calibres más cortos se ha sumado el retraso de la llegada de los cítricos de Sudáfrica al mercado europeo, que se han solapado con la campaña española”.
“El país tuvo problemas para enviar sus cítricos en los meses de agosto y septiembre, y los grandes stocks que tenía acumulados llegaron de golpe. De hecho, todavía queda fruta de Sudáfrica que, aunque no es tan buena como la nuestra porque no es lo mismo una fruta que lleva meses en cámara que la que está recién cosechada, es muy barata y el retail sigue vendiéndola”, indica el gerente de Zuman. “La caja de naranjas sudafricanas de 15 kilos se ha estado vendiendo en Ámsterdam a 6 euros, mientras nosotros pedimos entre 12 y 15 euros para que sea rentable. Hay que tener en cuenta que la naranja que está en la caja ya ha sido cosechada, manipulada, envasada y transportada, y la hemos triado desechando calibres menores de naranjas de la misma calidad que se tienen que vender a precios más bajos”.
“La diferencia con Sudáfrica, así como con otros países terceros que envían su fruta a Europa, está en los costes. Ellos tienen costes ínfimos comparados con los nuestros relacionados con la mano de obra e incluso con la seguridad social o la prevención de riesgos laborales. Además, tienen otra legislación fitosanitaria y hay productos prohibidos en la Unión Europea por su potencial cancerígeno que sí se usan en esos países, como dejan constancia las interceptaciones en las fronteras notificadas por la RASFF”.
Y es que la red de alerta rápida para alimentos de la Comisión Europea revela que, en lo que llevamos de 2021, la UE ha rechazado una cantidad récord de cítricos procedentes de Turquía y de Egipto por la presencia de pesticidas por encima de los LMR o por contener plaguicidas prohibidos en el espacio comunitario como el clorpirifos y sus derivados. También han batido récords las interceptaciones de lotes de cítricos sudafricanos por la presencia de plagas peligrosas como la Phyllosticta citricarpa o la Thaumatotibia leucotreta, más conocidas como la mancha negra y la falsa polilla, ambas aún no presentes en la citricultura europea, al contrario que el cotonet. “Esos son los que se han interceptado. La pregunta que queda es cuántos habrán entrado”, alerta José María Corredera. “Y aún hay otra amenaza más relacionada con la industria del zumo. Brasil es el primer productor mundial de zumo y nuestro principal competidor, pero allí están teniendo un gran problema por el HLB y nuestro miedo es que pueda llegar a la península a través del insecto vector de la enfermedad, la Tryoza erytreae”.
Calidad “extrema”
Como destaca José María Corredera, Andalucía no puede competir con estos países ni en costes ni en mano de obra, pero sí en la calidad diferenciada y “extrema” de la fruta, que en las provincias de Córdoba y Sevilla, donde operan 5 de las 7 cooperativas de Zuman, incluso está reconocida a través de la marca de calidad Naranjas del Valle del Guadalquivir.
La cooperativa de segundo grado Zuman está conformada por las sevillanas Alcafruit, Hortofruticolas Naranjales del Guadalquivir S.C.A., Coop. San Sebastián S.C.A. y S.A.T. Síntesis; por la S.A.T. Sunaran, de Palma del Río, Córdoba, y por las entidades gaditanas Coop. Campo de Guadiaro S.C.A. y Tesoricoop. La producción del grupo de naranjas para industria de media en los últimos 5 años es de 30.000 toneladas.
“Nuestras naranjas se cultivan con tratamientos mínimos e incluso en régimen ecológico, garantizando en todo momento a los consumidores fruta totalmente segura y sin ningún tipo de residuo”.
“Y nuestro sector además contribuye no solo al tejido económico, sino también a la fijación de población en el medio rural. Solo una de las 7 cooperativas de Zuman tiene en torno a 280 trabajadores en las labores de recolección en campo y, en los dos turnos de trabajo en almacén, a 400 más. Por lo que si queremos fijar población necesitamos una rentabilidad que nos lo permita”.
Además, avanza en la diferenciación. Al igual que en las mandarinas, el segmento de las variedades club abrió un nuevo concepto de comercialización, en muchos casos dirigida por el propio club, y de rentabilidad, superior a las variedades tradicionales, y, a pesar de la existencia de royalties, se están haciendo pruebas de la mano de distintos obtentores en el segmento de la naranja, comparte José María. “De hecho, nuestras propias cooperativas están realizando pruebas de cultivo de diversas variedades de club y diferentes patrones. Pero, mientras la rentabilidad de nuestros agricultores sea tan reducida, será difícil que puedan emprender inversiones para las que hay que esperar entre 4 y 5 años para ver el resultado”.
“Y justamente por eso nos manifestamos ayer en Córdoba en protesta, entre otras cosas, por los bajos precios que nuestros agricultores perciben en el campo, en un acto organizado por Asaja, Uaga, Upa y la Federación de Cooperativas Agroalimentarias”, subraya el gerente. “Córdoba ha sido el pistoletazo de salida para las manifestaciones que se sucederán en el resto de las provincias de Andalucía”.